Yo no parezco un idiota,
un olvidado islote,
ni mi marca de marrón me define por mi dosis matinal.
Yo desprecio cada día de este espacio
y, normalmente, interrumpo a los autores para ayunar con ellos
a esos estúpidos lectores.
Por mi idea de vivir nadie nunca me ha reído;
es de ver, en consecuencia, que me crea.
Si de todas las palabras que escupí no me besaste,
es de ver,
en consecuencia,
que no puedas detenerme;
porque es posible que kioscos donde duermen
cepillos y dinero
sean sitios una noche
para amarnos otros;
para amarnos al.
Deja que me escriba
antes de darme la lista de la compra;
y del cambio que te traiga no me dejes ni la ropa.
Y demuestra a mi bolsillo que comprarte no fue
necio.
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