Me torturaré como se tortura el sol,
bajo el whisky miraré cómo mi mano
brilla sola;
lloraré como si tuviese miedo en
películas de verano,
se me morderán los labios de tanto
intentar entenderme.
No veré la carretera mientras los
cientoveintekilómetrosporhora
hacen que llorar no tenga sentido con
la música;
se me escaparán maldiciones fuera de
compás
y Dios entenderá por qué crear es un
mal frío.
Escribiré toda mi vida sin llegar a
decir
todo lo todo que me arranca la frente;
dejaré sin argumentos a los optimistas
más comerciales
y odiaré todo por querer vivir
demasiado.
Escribiré toda mi vida y no diré
porque no sé cómo
que no tengo nada más que aire y dolor
de noches,
y que las pieles me arañan la mente
como tardes ardiendo
y que no quiero estar solo y que todo
me da igual
salvo
la vida.
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