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jueves, 25 de octubre de 2012

No creo que lo leas nunca.

No creo que llegues a leer esta entrada del blog nunca, dado que seguro que lo habrás borrado y dentro de un tiempo ni siquiera te acordarás de cómo se llama; total, nunca he escrito en él. Pero bueno, esta entrada, esta tontería, es simplemente para dejar alguna constancia de que alguna vez fuimos. Por si el alcohol hace efecto y pierdo la cabeza y nunca más me acuerdo de que tú y yo, Bea, existimos, por si la vida nos lleva a puntos separados del mundo, como es probable que haga, por eso, escribo esto para recordar, como una Termópilas virtual y patética, mientras suena el Réquiem de Mozart, que tú y yo, Bea, existimos.

domingo, 21 de octubre de 2012

Correción del pasado.

Una vez escribí esto, hace un año casi:

Somos dos y no seremos más, y cuando el tiempo pase quizá seamos menos.
Cuando este tiempo pase y nos olvide y no nos queden Copenhagues donde despertar en otro tiempo y en otra ciudad, días en el mundo que vivir,
iglús a los que salvar del tiempo, dulzuras a las que maldecir, insultos que gritarnos, días raros en los que no bailar,
bocas en la tierra que no poder juntar nunca (por el mal de alturas, por el relámpago),
cuando no nos queden idiomas que intentar aprender ni soles tras los que sonreírnos ni miradas que se nos arruguen en los ojos
ni ojos que se nos cansen de esperar
ni ideas de qué vendrá mañana,
ni billares ni cervezas
ni crónicas de invasiones a otros planetas que son una metáfora preciosa de la miseria de la condición humana
ni poesía
ni nada de nosotros que sea nosotros,
entonces sabremos lo efímero que es ser dos
y no ser.


Y ahora me doy cuenta de que ya nadie se acuerda de que fuimos.

viernes, 5 de octubre de 2012

Escribir.

Cuando te das cuenta de que no tienes ganas de escribir, porque escribir no va a cambiar tu vida.