y ya sonríes y amas y olvidas las tardes.
Hace apenas un mes que creíamos en poder
desayunar cada mañana.
Hace apenas un mes,
y ya nunca te acuerdas.
A la Luna,
a los conciertos,
a la poesía,
a tu latín,
a mi inglés,
a tu café,
a las carreteras,
a todo,
lo has matado:
ahora ya no existe más,
nunca ha sido,
y si fue,
disculpadme,
ahora lo borro.
Hace apenas un mes y aún se leen
las cosas que decías sobre mis ojos
en papeles,
en el blog ése que escribes,
qué decías sobre mis ojos,
tu vida,
algo así,
y amarme,
algo así.
Hace apenas un mes y ahora los pronombres
son los mismos
pero los nosotros que son ellos ya no somos nosotros.
Ahora son otros y hace apenas
dos te quieros de los nuestros,
quizás media taza de café
y
tu forma de decirme
tranquilo no llores no vas a perderme.
Hace apenas un mes y yo no sé cuántos me quedan
de estar en este mundo bajo este sol con este tiempo
sin poder saber tu risa tus mentiras tu enfado intrascendente.
Y yo te decía tranquila no llores somos inmortales,
y resulta que ahora escribo esto
muerto.